Disminución o
ausencia de reflejos
La CIDP se caracteriza por la pérdida de reflejos osteotendinosos profundos, un signo clínico clave para orientar el diagnóstico.
La CIDP es una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso periférico, provocando debilidad muscular progresiva y alteraciones sensitivas. Su curso clínico puede ser crónico, progresivo o por brotes, y requiere un enfoque multidisciplinario para su diagnóstico y manejo.
Conocé másSuele ser simétrica y comprometer las extremidades, iniciando habitualmente en las piernas. Puede afectar la marcha y las actividades cotidianas.
La CIDP se caracteriza por la pérdida de reflejos osteotendinosos profundos, un signo clínico clave para orientar el diagnóstico.
Hormigueo, entumecimiento y dolor neuropático que suelen comenzar en las extremidades distales y progresar de forma proximal.
Muchos pacientes presentan fatiga y, en algunos casos, dificultad para realizar actividades diarias debido a la debilidad y el compromiso sensitivo-motor.
El diagnóstico requiere una evaluación clínica integral y estudios neurofisiológicos especializados. Es clave descartar otras neuropatías adquiridas con síntomas similares para evitar retrasos en el diagnóstico y el tratamiento.
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